Cuando Eric Singer se preparó para hacer su primera aparición en directo como miembro de KISS, el 23 de Abril de 1992, se le podría haber perdonado que experimentara emociones mezcladas, pero la educación que había recibido desde una temprana edad significó que estuviera preparado, calmado y centrado.
Fue un momento emotivo para la familia KISS, mientras continuaban manejando la muerte del batería anterior Eric Carr cinco meses antes. La batalla de Carr contra el cáncer había significado que no podría cumplir con sus obligaciones de grabación para su disco de 1992 Revenge, y por ello Singer, que había sido miembro de la banda en solitario de Paul Stanley y también de Black Sabbath y Alice Cooper, fue reclutado de forma temporal.
Singer le dijo a Ultimate Classic Rock: “Paul me dijo que Eric estaba enfermo, pero yo no sabía los detalles. Me pidió si podía tocar en ‘God Gave Rock And Roll To You’ para la película Bill & Ted’s Bogus Journey. Más tarde ese verano yo estaba de gira con Alice Cooper, y Paul me llamó de nuevo y me dijo que necesitaban ayuda.
“Habían intentado trabajar con Eric en dos ocasiones separadas, pero no estaba lo suficientemente recuperado. Hacer un disco no es como los rigores de estar de gira, pero exige tu tiempo. Puedes estar trabajando 10, 12 o 14 horas al día. Eric no estaba listo para eso. Originalmente yo solo iba a tocar en la mitad del disco, y ellos iban a hacer la otra mitad con otro músico de estudio. Pero una vez comenzamos, Gene, Paul y Bob Ezrin dijeron, ‘Creemos que hay buena química’”.
El productor Ezrin llamó al manager de Cooper, Shep Gordon y le pidió que redactara un acuerdo. Como resultado de eso, Revenge se grabó en dos fases entre las partes de la gira mundial de Cooper. “Estuve grabando hasta el día antes de irme a Europa”, recuerda Singer. “Después de la gira, volvieron a contactar y me pidieron que estuviera en la banda, porque por desgracia Eric había fallecido. Yo tenía emociones muy enfrentadas, pensé ‘Aquí hay una buena oportunidad para mí, pero bajo las peores circunstancias’”. Preguntado sobre si se le había ocurrido que le ofrecieran el puesto, dijo: “¿Tenía el presentimiento de que iba a resultar de ese modo? Sí”.
Singer sabía cómo concentrarse para el reto de reemplazar a Carr. “Siempre he tenido lo que se podría llamar una mentalidad competente para estar en una banda. Sé que el batería está ahí para aportar una cierta función. Tuve un buen adiestramiento, toqué en la banda de mi padre desde una temprana edad, y mi padre era fundamentalmente el supervisor. Aprendí a ser un miembro clave de la banda, a escuchar realmente a la gente, y a escuchar al líder”.
“Cuando te unes a una banda que tiene un estilo y una dirección predeterminados, tienes que encajar en eso. No puedes llegar y decir, ‘Vale, bien, esto es lo que pienso y así es cómo vamos a hacerlo’. Cuando me uní a Black Sabbath, tenían un catálogo de canciones y Tony Iommi tenía un estilo de batería que prefería. Cuando creas música nueva con gente puedes decir, ‘Vale, así es cómo yo lo escucho’. Cuando te unes a KISS dices, ‘¿Cuál es su estilo, y cómo encajo en él?’”.
Él sabe que no fue el único batería que consideraron para el puesto, pero se quedó sorprendido cuando Bruce Kulick luego le dijo que uno de sus héroes, Aynsley Dunbar, había hecho la audición y luego lo descartaron. “Aynsley se quedó muy decepcionado, pero Bruce dijo, ‘¡Aynsley, que le den! Tú eres fenomenal. No tiene nada que ver contigo como batería. Esto tiene que ver con KISS que ya tiene un cierto sonido y estilo. Gene y Paul tienen que tener a un batería que ellos sientan que interpreta su estilo’. Me quedé estupefacto cuando escuché eso”.
Antes de la gira Revenge a escala total, y semanas antes de la edición del disco, KISS comenzó una gira a escala reducida por clubs como forma de “introducir al nuevo miembro”, confirmó Singer. “Yo tenía una batería color rojo fuego, y le puse el logo de KISS porque siempre me he fijado en los detalles. Cuando Paul entró le dije, ‘¿Qué te parece?’ y me dijo, ‘Los logos están mal’. No me di cuenta de que las dos S son ligeramente diferentes, para formar un rayo. Ahora ya lo sé, siempre miro al logo de KISS que alguien hace para ver si es correcto”.
El primer concierto tuvo lugar en el Stone Club en San Francisco, y para entonces, Singer ya se sentía preparado. “Recuerdo a Gene, Paul y Bruce en el backstage, muy nerviosos por mí ya que era el miembro nuevo. Yo estaba calmado y normal, ‘¿Por qué estáis tan nerviosos tíos?’. Me pareció casi irónico. Y todo salió bastante bien sin una pega. Salimos como tropas de asalto y yo estaba emocionado de estar en la banda. ¡Estuvo bien!”.
No tenía mucho por lo que preocuparse sobre la feroz KISS Army, ya que muchos de los fans ya le habían aceptado durante su época con la banda en solitario de Stanley. “Te conviertes en parte de una extensa familia y te quedas ahí”, reflexiona. La gran lección de esa noche fue una que él desearía que más gente aprendiese: “Los miembros de KISS son mucho mejores músicos de lo que gente dice”, afirma. “Sobre todo Gene. He tocado con algunos bajistas magníficos, Bob Daisley, Neil Murray, esos tipos eran fantásticos. Gene es uno de mis favoritos porque toca sólido, acertado, exacto. Sin prisas, sin pausa. Aporta una base sólida. Y aunque la música de KISS no es complicada, a él se le ocurren unas partes realmente buenas y creativas, un material muy pegadizo. Es muy divertido tocar con él”. Singer está ahora en su tercera etapa con KISS, habiéndose despedido dos veces para dejar sitio al batería original Peter Criss. “Ellos me contrataron porque pensaban que podía tocar su material del modo que ellos querían que lo tocase”, dijo, “¡Y todavía sigo aquí!”.
Fuente: www.ultimateclassicrock.com
Traducción: Mauricio Vázquez
