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«De no haber sido por Kiss, tal vez nunca hubiese entrado en el rock»

El virtuoso guitarrista habló en exclusiva con el Bondi sobre su fanatismo por la banda de Gene Simmons, de las historias detrás de varias de sus composiciones, del futuro de The Winery Dogs,y de cómo será su presentación en Argentina.

Cuando se repasa la historia y la carrera de Richie Kotzen, esa que comenzó de pequeño tocando el piano y la guitarra a los cinco y a los siete años respectivamente; y que de adolescente ya lo tuvo posando en la portada de las principales revistas de guitarra, es complicado para la gente común, no “envidiarlo”. Un músico receptor de un gran don musical, que lo llevó a componer 21 discos como solista, a reemplazar al gran Paul Gilbert en Mr. Big, a formar parte de Poison del 91 al 93, a tocar con Greg Howe, con Glenn Hughes, con su ídolo Gene Simmons y hasta telonear a los Rolling Stones en la gira de Bigger Bang tour en Japón. Todo un rockstar.

Con la flexibilidad que lo caracteriza a la hora crear, seduciendo con su voz -parecida por tonalidad a la de Chris Cornell-  tanto al rock, al blues, al soul, como al jazz/ fusión –recordar Vertú, el proyecto que armó junto Stanley Clarke y Lenny White-, Kotzen se recibió de compositor hace tiempo. Y de guitarrista, ni hablar. Ya que es capaz de tocar mil notas por segundos, o pasar al otro extremo y fundir el corazón del oyente con una sutil balada acústica. Después de terminar la exitosa gira junto con el super-grupo The Winery Dogs (junto a Mike Portnoy y Billy Sheehan), acaba de lanzar su nuevo disco, Salting Earth, que debutó en el puesto #8 en la charts de Hard Rock de Billboard y que viene a presentar el 16 de julio en el Teatro Vorterix.

-¿Qué recordás de tu primer disco, el homónimo de 1989 lanzado por Mike Varney?
-Fue una etapa muy excitante, porque estaba tratando de llamar su atención, mandándole demos, hasta que por fin me citó para hacer mi álbum debut. En esa época había un gran movimiento guitarristas de hard rock y poder firmar, fue muy importante. Ahí empecé a trabajar con canciones que había escrito a los 16, 17 años.

-¿Cómo fue tener a Jason Becker como productor?

-Conocerlo fue genial, porque en ese momento yo no había grabado ningún disco y Jason había hecho tres. Como Mike no podía estar en el estudio todos los días, él lo asignó para que me ayudara con el proceso de grabación. Fue realmente fantástico, la pasamos muy bien.

-¿Cómo te llevás con la etiqueta de “Guitar hero”?
-Bueno, todo eso viene de la gente, no surge del artista. Tuve la suerte de que hubo una buena respuesta a mi manera de tocar, en la primera parte de mi carrera, que es por lo que me hice particularmente conocido. Más tarde, la gente que siguió comprando mis discos y escuchando mis canciones, y dijeron: “Oh, este tipo también puede cantar y componer”. Entonces, está perfecto, no tengo problemas con eso, porque realmente debo enfrentar lo que hago, y no preocuparme por una etiqueta. Mi verdadera preocupación es tener en claro las cosas en las que creo y, obviamente, mantenerme detrás de ellas. Si puedo hacer eso, sé que voy por el buen camino.

-¿Cuán importante fue Kiss en tu vida?
-Bastante, y más cuando era chico. Tenía posters de Gene (Simmons) en mi cuarto, me vestía como él y pensaba que era él. Muchos músicos de mi edad, de mi generación, idolatraban a la banda, porque en esa época nadie había visto algo similar. Llevaron el show a otro nivel. Influenciaron a muchos artistas que por ahí su obra no tiene que ver directamente con Kiss, pero en lo que a mí con respecta, de no haber tenido sus discos, de no haberlos visto escupiendo fuego, probablemente nunca hubiese entrado en el mundo del rock and roll.

-Ya hace un tiempo dejaste de tocar con púa para hacerlo solamente con los dedos, ¿fue por razones técnicas, para buscar un nuevo sonido?
-Cambié mi técnica porque me estaba estancado, me sentía aburrido. No me gustaba el hecho de que cada vez que agarraba la guitarra, terminara tocaba lo mismo. El cambio me iluminó para mis discos, también me abrió la puerta a cosas que nunca pudiese haber hecho con la púa.

-Tenés un disco nuevo, el número 21 como solista, y sacando a tu esposa que hace coros, sos el único músico que participa. Hacerlo de esa forma te da más libertad, pero ¿no extrañás tocar con otros personas, o es un proceso tan íntimo que preferís trabajarlo así?
-La verdad es que no es una cosa deliberada, es algo que simplemente se da. No está planificado, yo voy al estudio, empiezo a trabajar, y lo que pasa es que el disco comienza su proceso, y después termino siendo el único músico. Pero amo tocar en vivo y tocar con gente. Con la banda tenemos un DVD, de 2015, y esperamos poder grabar otro este año. Vamos a sacar un nuevo single en vivo, de “Meds”. O sea, estamos haciendo cosas, grabando y tocando juntos. Acabo de escribir un tema nuevo que grabaremos, y eso me tiene muy contento, porque es la primera vez que lo haremos los tres juntos –Mike Bennett en batería y Dylan Wilson en bajo– en el estudio, y realmente quiero moverme más en esa dirección.

-Hablando de libertad, hace poco creaste tu propio sello, Headroom –Inc. ¿Alguna vez te sentiste restringido por las discográficas?
-El negocio cambió, pensando en que un músico como yo, que ya tiene una base de fans, puede lanzar temas sin ayuda de un sello. En los ‘90, antes de Internet, uno no tenía la chance de publicar un disco sin una discográfica, y esa fue una etapa muy frustrante para mí. Ahora, puedo componer y exponer mi música cuando tengo la inspiración, y es genial. Por eso, para un músico en mi posición, firmar con una compañía no tiene ningún sentido.

-Detrás de la creación “Grammy”, una de las nuevas, hay una gran historia que incluye una pequeña resaca…
-Sí, estaba en una especie de somnolencia y empecé a escuchar esa melodía, casi como en un sueño. Así que me levanté con esa idea en mi cabeza, fui al estudio como a las 3:00 y empecé grabar. A las 7:00 la canción estaba terminada, y esa es la versión que quedó en el disco. Lo graciosos es que si no me hubiera levantado de la cama, probablemente el tema nunca hubiera existido. Es una especie de lección que aprendí y que me suele ocurrir. Por ejemplo, con “Cannon ball”, también de Salting Earth, sucedió algo similar, sólo que aquella ocasión puse a grabar a mi Iphone sobre el piano y registré lo que estaba escuchando en mi cabeza. Después volví y me puse a trabajar con eso. La inspiración viene en los momentos más inesperados.

¿En qué momento creaste “You Can’t Save Me”, de Into the Black (2006)? Porque es una de las composiciones más oscuras de tu carrera.

-Creo que cuando la hice, no estaba de muy buen humor (risas). Es una canción vieja, que la tenía como un demo y estuvo mucho tiempo guardada en el disco duro de mi PC, porque tenía un estribillo diferente, que no me gustaba. Pero una noche, entré al estudio, la desempolvé, me puse a tocar y me vino a la mente todo el concepto para el nuevo estribillo. Es una de esos temas que se escriben solos. A veces, cuando estás componiendo, aparece una pared y hay que saber esperar a que las musas vuelvan.

-Hace poco dijiste sobre los Winery Dogs que no había ningún plan por el momento y que no veías nada en el futuro hasta dentro de un par de años. ¿Eso sigue siendo así, habrá que esperar para ver de nuevo al grupo en acción?
-La respuesta que di en su momento fue muy acertada. Inclusive cuando lo declaré, todavía no había salido mi disco, pero sabía que cuando se lanzara, haría una gira mundial. La lógica es simple, para cuando el ciclo de Salting Earth termine, vuelva de mi gira y recién los tres nos podamos juntar en el estudio a componer y terminar el nuevo álbum de los Winery Dogs, van a pasar al menos dos años. Porque las canciones no se escriben solas. Tenemos que hacer sesiones, trabajar ideas, y todo lleva tiempo. Pero si ves la realidad, Billy Sheehan está girando con Mr. Big y Mike Portnoy está haciendo sus cosas. Así que creo que fue una respuesta acertada. No puedo imaginarme que pase antes.

-¿Cómo va a ser el show que tenés preparado para Argentina?

-Tendrá un segmento acústico y otro dedicado al piano. De todos los tour que hice, este es el más divertido, sin lugar a dudas. Además, el trío está pasando por un gran momento, ya que hace más de seis años que estamos tocando juntos, lo cual le da un plus de calidad.

*Domingo 16 de julio en el Teatro de Flores, Avenida Rivadavia 7800. A las 19.

Fuente: www.elbondi.com

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