El domingo 14 de julio pusimos rumbo a tierras inglesas, concretamente a Newcastle-upon-Tyne, para asistir al penúltimo de los 26 conciertos que han conformado la parte europea de la exitosa gira «End Of The Road» de KISS con la que teóricamente (y esta vez parece que van en serio) se despiden, al menos de las actuaciones en vivo, tras 46 años de historia del grupo neoyorkino. Nada más llegar al recinto vimos dos enormes colas de fans formadas en ambos laterales de la arena que llegaban hasta el final del edificio y casi daban la vuelta.
Poco después, a las 18:00 h. en punto, se abrían las taquillas, y tras recoger la acreditación de rigor para poder hacer fotos, entramos en el Utilita Arena, donde los fans ya se agolpaban en masa tanto en los varios puestos del merchandise oficial de la banda como en las barras donde servían comida y bebida. Era prácticamente imposible comprar una camiseta o pedir una cerveza.
Muchos fans maquillados, otros que portaban trajes de diferentes épocas de la banda y niños caracterizados como sus ídolos conformaban la típica atmósfera que rodea cualquier concierto de KISS. Tras la performance en directo del pintor Garibaldi, que hizo de telonero y en la que pintó 3 cuadros en directo (Elton John, Slash y KISS) con una duración de unos 30 min. aproximadamente, izaron el ya famoso enorme telón negro con el logo de KISS plateado, que cubría casi la totalidad del escenario y anunciaba al público lo que se avecinaba en breve.
Cuando sonó el Rock And Roll de Led Zeppelin la multitud que llenaba el pabellón al completo estalló, sabedores de que el show estaba a punto de empezar. El vídeo (pre-grabado) en las pantallas que muestra a los miembros dirigirse al escenario, dio paso a la clásica intro «You wanted the best, you got the best. The hottest band in the World: KISS!!» y cayó el telón a la vez que Gene Simmons, Paul Stanley y Tommy Thayer descendían desde el techo en plataformas separadas a la vez que la plataforma donde se asienta la batería de Eric Singer también iba bajando mientras un impresionante despliegue de luces, humo, explosiones y fuegos artificiales acompañaba los primeros riffs de Detroit Rock City.
Ciertamente el inicio de cualquier concierto de KISS siempre ha sido unos de los puntos álgido del show, cargado de adrenalina y emoción, pero en esta gira se ha mejorado aún más si cabe esa parte tan importante en la que la banda irrumpe como un tren de mercancías y arrolla al público en medio de un armaggedon nuclear.
Siguieron Shout It Out Loud y Deuce, temas clásicos por antonomasia que mantuvieron al respetable saltando y cantando al unísono. El tema más nuevo incluido en el repertorio de esta gira fue Say Yeah, de su disco de 2009 SONIC BOOM, asentando la mayor parte del peso de la actuación en la discografía de los años 70 y ligeramente de los 80. I Love It Loud y Heaven’s On Fire volvieron a hacer que el recinto entero cantara al ritmo de los pegadizos estribillos de estas dos canciones.
La siguiente canción, War Machine, sonó realmente poderosa, con un bajo demoledor, en la que las 3 pantallas de vídeo estuvieron proyectando únicamente imágenes tenebrosas y post-apocalípticas, creando un ambiente perfecto en consonancia con la canción, con un Gene escupiendo fuego al final de la misma como viene haciendo en directo casi desde los comienzos del grupo. En Lick It Up Paul y Tommy incorporaron un pequeño guiño a The Who tocando brevemente parte de Won’t Get Fooled Again en medio de la canción como vienen haciendo desde hace varias giras, mientras un juego de láseres espectacular y perfectamente orquestado les acompañaba.
Otra que no suele fallar y que gusta mucho a la gente es el clásico Calling Dr. Love, que Paul presentó diciendo que iba a llamar al médico, con esa letra obscena y sugerente a la vez, en la que Gene demostró que pese a estar cerca de cumplir los 70 años sigue siendo un auténtico carro de combate acorazado, casi indestructible, que cada noche se transforma en ese monstruo grotesco que tanto gusta a los fans, con una potencia de voz todavía impactante.
El nuevo escenario de esta gira es realmente impresionante, muy elaborado y se luce mucho más en pabellones cerrados que en festivales o sitios al aire libre, donde pueden montar toda la producción completa que transportan en los 18 camiones tráiler que han cruzado casi toda Europa. Después vino 100,000 Years y con ella una de las sorpresas de la noche y de la gira: el magnífico solo de batería de Eric Singer, muy bien coreografiado y sincronizado con el juego de luces y la pantalla de video central octogonal, y en el que demostró que sigue siendo uno de los mejores baterías del mundo, mientras su plataforma se iba elevando. Hacia el final de la misma dos plataformas ubicadas en los extremos del escenario elevaron varios metros a Gene y Tommy mientras Paul hacía las habituales preguntas al público rodeados de llamaradas de fuego.
Al final de la siguiente canción, Cold Gin, le llegó el turno al solo de guitarra de Tommy, durante el cual derribó varias plataformas del techo disparando cohetes con su guitarra. El guitarrista ejecuta con perfección casi de cirujano cada solo, cada punteo, cada riff, con su imponente presencia e intachable comportamiento en los 17 años que ya lleva como miembro de KISS.
Acto seguido vino otro momento cumbre y mítico en los shows de KISS: cuando Gene vomita sangre, rodeado de hielo seco y con una luz verde que acentúa aún más su aspecto demoniaco, sacando notas escabrosas y distorsionadas de su bajo de hacha, mientras se escucha sonar tétricamente una campana que le llama desde lo más alto del entramado de luces, lugar a donde se elevará segundos después con su plataforma para cantar desde allí una impresionante God Of Thunder que sonó poderosa como el trueno, valga la redundancia. Psycho Circus volvió a animar al respetable, nuevamente con más pirotecnia y más juegos imposibles de luces, seguida de Let Me Go, Rock ‘N’ Roll. Otro elemento nuevo en este escenario es el regreso de Sam, la serpiente alada que echa humo en ciertos momentos del show, ubicada en el lado de Gene, recuperada de 1977/78. Ahora le llegaba el turno a Paul de lucirse y acaparar toda la atención. Comunicó al público que era genial estar allí sobre el escenario, pero que quería salir y acercarse más a nosotros, pero para ello teníamos que invitarle, gritando su nombre lo más fuerte que pudiéramos.
Después de este juego con el respetable, Paul se subió a un trapecio que colgado de un cable le llevó por encima de las cabezas de la gente a un mini escenario circular ubicado en el centro de la pista, junto a la mesa de sonido, desde donde cantó Love Gun, y bailó, animó y saludó a toda la gente del pabellón, con la energía que siempre le ha caracterizado. Como es lógico su voz no es lo que era en los años 80, pero todavía está en un estado más que aceptable y además el líder de la banda se entrega al máximo y lo da todo sobre las tablas, dirigiendo el show y al público como el gran maestro de ceremonias que es y que siempre ha sido. Al término de la famosa canción de 1977, y siguiendo en esa pequeña plataforma cantó I Was Made For Lovin’ You, quizá el tema más conocido en el mundo entre los no KISS-creyentes, y con ella el pabellón de nuevo vibraba, con más explosiones y pirotécnica al final de la misma, mientras el Starchild, ahora sí, volvía al escenario principal del mismo modo agarrado con un brazo al trapecio y con el otro saludando a la gente.
La última canción del bloque principal fue Black Diamond que como suele ser habitual, cantó Eric Singer, con la batería volviéndose a elevar al final, pero esta vez desvelando la imagen de 2 felinos con sus verdes ojos iluminados. La banda se retiró unos instantes para volver después, saludar al público y hacerse la foto de rigor con todo el pabellón a sus espaldas. Para los bises dejaron Beth, en la que sorprendió ver a Eric siendo elevado al escenario sentado a un piano; Crazy, Crazy Nights en la que hubo un enorme despliegue de globos gigantes marcados con el logo de KISS y el maquillaje de los cuatro miembros, y el himno de los himnos: Rock And Roll All Nite, en la que se desató el clímax total por parte de los asistentes y del grupo con un apoteósico final, soltando el resto de bombas, pirotécnica y explosiones que aún quedaban en la recámara, amén de una lluvia de confeti tan espesa que hacía casi imposible ver a los músicos. Hacia el final de la canción 2 plataformas telescópicas giratorias 360º recogieron a Gene y Tommy elevándolos y metiéndolos entre el público, momento en el que Paul rompió su guitarra como manda la tradición. Para entonces ya hacía un buen rato que una espesa niebla, fruto de la constante pirotécnica, se había adueñado de todo el recinto. Cuando tras algo más de dos horas de alucinante espectáculo y buen rock terminó el concierto, aquello parecía más un campo de batalla que el lugar de un certamen de música. Las luces se encendieron, sonó God Gave Rock And Roll To You y en las pantallas de vídeo se pudo leer el mensaje «KISS LOVES YOU NEWCASTLE» en agradecimiento por esa gran noche que los seguidores de KISS tardaremos mucho en olvidar, mientras las legiones de fans abandonaban la pista y las gradas para volver a asaltar los puestos de merchandise. Viendo conciertos como este uno se pregunta, ¿Por qué se tienen que retirar? ¿Será realmente este el BESO de despedida? Solo el tiempo lo dirá…
Crónica y fotos Kiss Army Spain (Mauricio Vázquez)
En Kiss Army Spain damos especialmente las gracias a Doc McGhee y a David Mathews.
SET-LIST
Detroit Rock City
Shout It Out Loud
Deuce
Say Yeah
I Love It Loud
Heaven’s On Fire
War Machine
Lick It Up
Calling Dr. Love
100,000 Years
Cold Gin
God Of Thunder
Psycho Circus
Let Me Go, Rock ‘N’ Roll
Love Gun
I Was Made For Lovin’ You
Black Diamond
Beth
Crazy, Crazy Nights
Rock And Roll All Nite