El impresionante y enorme Sportpaleis de Amberes fue el destino del primero de una serie de conciertos que voy a ver en esta gira europea END OF THE ROAD que KISS está llevando a cabo para despedirse de sus fans en el viejo continente. A primera hora de la tarde las enormes colas de fans ya rodeaban el pabellón y las retenciones en la salida de la autovía que lleva directamente al recinto eran kilométricas. Docenas de policías en cada cruce de calles y avenidas dirigiendo el tráfico rodado y de transeúntes. Todos los parkings públicos y descampados repletos de vehículos. Era una tarde fresca, gris y lloviznaba en la ciudad de los diamantes (nada fuera de lo común en Bélgica), pero dentro de la arena la temperatura subía a pasos agigantados, preparándose para lo que se venía en pocas horas.
Los teloneros fueron los alemanes THE NEW ROSES que ya han abierto para KISS en el pasado. Un show de poco más de media hora, con la mayoría de la gente todavía atestando los 2 puestos de merchandise oficial de KISS (a unos precios algo prohibitivos) y los diversos puestos de bebidas y comidas que hay en el interior del edificio. Como suele ser habitual en estos casos, el telonero recibe poca atención de los asistentes, y solo cuando se va acercando la hora del plato fuerte, es cuando la gente se apresura a ocupar sus asientos y ocupar la pista.
En el aspecto escénico, esta segunda parte de la gira europea (la primera fue en 2019) tiene considerables diferencias, no solo con los shows que dieron en 2019 y 2020 por Estados Unidos y Europa, sino también con la parte más reciente por Sudamérica hace poco más de un mes. La producción se ha modificado añadiendo algunos elementos nuevos y eliminando otros. Como cambio más sustancial, se han añadido unas esculturas gigantes tipo efigies de los 4 miembros de la banda ubicando dos a cada lado del escenario y que a lo largo de todo el show se van iluminando con distintos colores y tonos, creando un efecto muy bonito. También han traído las figuras de dos panteras negras con los ojos verdes flanqueando la batería de Eric Singer, al más puro estilo de las giras de los 70, aunque ahora son como más musculadas y agresivas. Cierto que las pantallas de vídeo, rectangulares y ubicadas en vertical, parecen algo más pequeñas que las anteriores. Han cambiado la plataforma sobre la que se asienta la Pearl de Eric Singer y eliminado una estructura poliédrica que había bajo la gran pantalla de vídeo central. Y aunque mantienen las plataformas elevadoras telescópicas de los laterales del escenario que suben a Gene Simmons y Tommy Thayer en vertical en cierto momento del show, también han quitado las otras grúas que colgaban del techo de los pabellones y que girando 360º los metían al fondo de los recintos y los acercaban a las gradas altas. No obstante, el montaje escénico de esta gira europea de KISS está a un gran nivel. Nada más entrar al recinto, uno tiene la sensación de estar ante algo “grandioso”, monumental, y las 4 efigies antes mencionadas acrecentan todavía más esa sensación al parecer que uno está en el Valle de los Reyes. Un montaje muy sobredimensionado aunque sea dentro de arenas cubiertas.
Sin embargo, el show no se ha recortado en absoluto en cuando a pirotécnica, explosiones realmente fuertes, llamaradas de fuego por doquier, bengalas, y todo tipo de artificios de lo más llamativos. Es verdaderamente increíble cómo, incluso estando en asientos de sectores de las gradas relativamente alejadas del escenario, se siente el calor cuando salen los chorros de fuego, por no hablar de la sensación que se tiene cuando se está en el foso fotografiando y sueltan esas descargas incendiarias. Uno cree que se le va a derretir el objetivo y a chamuscar las cejas.
Con una puntualidad que va más allá de lo preciso (ni tan siquiera eran aun las 21:00 h.), se oyó el grito de guerra: “ALL RIGHTT ANTWERPEN!!!! YOU WANTED THE BEST, YOU GOT THE BEST. THE HOTTEST BAND IN THE WORLD: KISS!!!!!”. El gran telón negro que cubre el escenario con ese logo plateado que todos ya conocemos cayó y se desató el infierno a ritmo de DETROIT ROCK CITY.
El momento del solo de bajo de Gene Simmons a la vez que vomita sangre sigue siendo uno de los puntos fuertes del show, cargado de un dramatismo palpable en el ambiente. La imagen del Demon siendo izado hasta el techo cubierto de sangre, envuelto en humo y luz verde a golpe del potente riff de GOD OF THUNDER crea una atmosfera muy tétrica y casi macabra que se te queda grabada en la retina durante mucho tiempo.
Uno de los temas que mejor me supo a nivel personal, tal vez por las pocas veces que lo han tocado en directo, y que añadió frescura y un buen chute de energía fue TEARS ARE FALLING, y que la gente disfrutó a rabiar. Iluminación con tonos rosados durante toda la canción y un Paul Stanley haciendo el gesto con los dedos copiando al vídeo clip oficial promocional de la época durante el solo de guitarra de Tommy Thayer es algo que no se ve todos los días.
Tommy Thayer tuvo su breve solo de guitarra disparando 3 cohetes al techo y derribando 3 de las plataformas octogonales, y Eric Singer también tuvo su momento especial con un potente solo de batería en el que se conjugaba un buen juego de cámaras en las pantallas de vídeo.
Para BETH Eric Singer hizo una bonita entrada en el escenario, siendo elevado al escenario desde abajo junto a un piano recubierto de diamantes de imitación, un Singer al que hacia el final de la canción se le unieron en el escenario el resto de la banda.
Cabe destacar la actitud del público belga, si bien la gente de las gradas solo se puso en pie en pocas ocasiones durante todo el concierto, todo el mundo estuvo muy entregado y fogosos y corearon casi todas las canciones, rompiéndose las manos aplaudiendo y dejándose las gargantas al término de cada canción. Un público que disfrutó muchísimo con cada canción, cada efecto, cada truco, cada explosión y cada viejo truco que ya hemos visto cientos de veces pero que siguen cautivando en directo como la primera vez que los ves.
El show se cerró con el himno clásico de KISS, ROCK AND ROLL ALL NITE y una espesa tormenta de confeti y serpentinas que lo cubrió todo y que en ciertos momentos realmente llega a dificultar la visión del show. Un gran despliegue de pirotecnia, bombas y fuego para el gran final, mientras Gene y Tommy desde lo alto de las plataformas contemplan cómo Paul destroza la guitarra contra el suelo.
En definitiva, el show actual de KISS merece la pena y mucho. Es un show demoledor, cargado de clásicos y temas fácilmente reconocibles hasta para el menos experto en la materia, un show que engancha desde el minuto uno y en el que no hay tregua pues la sucesión de trucos, momentos álgidos y puntos fuertes de cada miembro no paran de sucederse. Un muy buen sonido global, apoyándose en gran parte y como ya viene siendo habitual desde hace muchas giras en el potente bajo de Gene, con unas luces sencillamente espectaculares y una gran producción escénica. Es un montaje y un show con una gran profundidad, muy envolvente que llena todo el recinto y hace a todo el mundo partícipe en él, hasta los de las últimas filas de la grada más alta.
Si aun te estás pensando ver a KISS en esta, su última gira de despedida, yo de ti compraría ya la entrada, pues no te van a defraudar y las casi 2 horas de concierto valen cada euro que cuesta la entrada. Esto se acaba, y ahora sí que va en serio…
¡¡Quiero aprovechar para enviar mi más sincero agradecimiento a Naomi Vangestel de GREEN HOUSE TALENT y por supuesto a todo el personal del management de KISS!!
SETLIST
DETROIT ROCK CITY
SHOUT IT OUT LOUD
DEUCE
WAR MACHINE
HEAVEN’S ON FIRE
I LOVE IT LOUD
SAY YEAH
COLD GIN
LICK IT UP
CALLING DR. LOVE
TEARS ARE FALLING
PSYCHO CIRCUS
100,00 YEARS (parcial)
GOD OF THUNDER
LOVE GUN
I WAS MADE FOR LOVIN’ YOU
BLACK DIAMOND
BETH
DO YOU LOVE ME
ROCK AND ROLL ALL NITE
Crónica y fotos: Kiss Army Spain, Mauricio Vázquez García